Nuestros Fundadores


Francisco de Sales

Francisco nació el 21 de agosto de 1567 en el Castillo de Sales en Thorens, del matrimonio de Francisco de Boisy y Francisca de Sionnaz. Después de sus estudios en La Roche sur Foron, Annecy, París y Padua (donde es recibido Doctor en Derecho Civil y Canónico),  es admitido en el colegio de abogados de Chambery; pero el desea desde su infancia ser sacerdote. Recibe la tonsura en 1578 en el castillo de Clermont en Ginebra.
     Después de haber obtenido el consentimiento de su padre, gracias a la ayuda de su primo, es ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1593 por Monseñor de Granier en la catedral de Annecy, y toma el cargo de preboste del capítulo de Ginebra.
    Al año siguiente parte como misionero al Chablais, entonces protestante.
Francisco es muy mal acogido por los calvinistas. Lo insultan, lo amenazan. Recorre la región a pie, a veces con peligro de su vida. El predica, pero, mas desesperando, de no ver venir a el a los habitantes, redacta entonces cuartillas, presentando clara y  sólidamente argumentos de la doctrina católica, y los distribuye a domicilio, los desliza bajo las  puertas. El mismo los imprimirá para alcanzar mayor número y trabajará solo durante largos años. 
El valor y santidad de Francisco llevan poco a poco sus frutos, tanto que tres misioneros lo son enviados. La misión daba sus frutos.
En 1597, Monseñor  de Granier confía a Francisco la visita “ad Limina” que su edad y salud no le permitía efectuar a Roma. Francisco es entonces nombrado por el Papa Clemente VIII coadjutor del Obispo de Ginebra - Annecy, después de haber contestado brillantemente a un interrogatorio dirigido por el mismo Papa. No será consagrado Obispo sino después de la muerte de Monseñor de Granier. Esto no le impedirá secundar a su Obispo en los quehaceres importantes tales como el curato del país de Gex, por lo cual será enviado a París cerca del Rey en enero de 1602.
El nuevo Obispo viste pobremente y se hace cercano a su pueblo. Predica y  se ocupa de los pobres, confiesa, enseña el catecismo a los niños, visita a los prisioneros, emprende la reforma de numerosos monasterios relajados se hace todo para todos. Visita todas las parroquias de su Diócesis aún las de más difícil acceso. Se interesa por el progreso de las ciencias, de las letras, etc. En 1607 funda con su amigo Antonio Favre, la academia Florimontana, donde son admitidos letrados y sabios, como también los artesanos.
Es pastor de almas. Toma conciencia que muchos de entre ellos deseaban servir
a Dios en la vida cotidiana. Escribirá para ellos la Introducción a la Vida Devota, libro que tendrá una gran acogida aun entre los mismos protestantes. Nadie se excluye de la vida de unión con Dios.
Al mismo tiempo se da cuenta que muchas almas aspiran a la vida religiosa no pudiendo entrar en las congregaciones entonces existentes. El fundará por eso con Santa Juana de Chantal, en 1610, la Orden de la Visitación de Santa María.
Es en l604, que predicando la Cuaresma en Dijon, Francisco  conoce a la baronesa de Chantal. El reconocerá en ella a aquella que vio en sueños para ser la piedra fundamental de la pequeña congregación que desea fundar. Director de almas, Francisco sabrá guiarla hacia el despojamiento que lleva a Dios.
Como un padre atento a sus hijas, Francisco velará sobre la pequeña congregación. El las instruirá, las guiará y escribirá pensando en sus “hijas”, el Tratado del Amor de Dios. Se dirá después de la Visitación que ella es el tratado del Amor de Dios en acción.
Francisco tuvo una irradiación que superó las fronteras de su diócesis.
Es invitado a predicar en Adviento y Cuaresma. En 16l8, regresa a París acompañando al Cardenal de Saboya que va a solicitar para el Príncipe del Piamonte la mano de Cristina de Francia. El pueblo de París lo acoge con alegría. El predica, encontrándose con San Vicente de Paúl, Madame Acarie y Angélica Arnaud, la abadesa de Port Royal. Francisco se pone al servicio de su Señor, del Príncipe, de su Iglesia.   

Muere el Lyon, al regreso de un viaje al que había acompañado al Duque de Saboya el 28 de Diciembre de 1622.

 Juana de Chantal

 Juana Fremiot nació en Dijón el 23 de enero de 1572. Su padre Benigno Fremiot era entonces maestro de cuentas del parlamento de Bourgogne del cual será después el presidente. Ella pierde a su madre al nacer su hermano Andrés, el 26 de agosto de 1573.
En el curso del año de 1578, ella acompaña a su hermana Margarita que viene de contraer matrimonio en Poitou. En efecto su padre sentía venir la guerra civil que provocaría la Liga, no teniendo donde refugiar a Juana cerca de él. Fiel a su rey Enrique III,  el se refugió en Flavigny.
En 1592 Su padre la llamó cerca de el a Semur y la dio en casamiento a Cristóbal de Rabutin, barón de Chantal. El matrimonio se realizó el 28 de diciembre en el Castillo de Bourbilly. Juana tenía 20 años y el barón 27.
De Su matrimonio tuvieron 6 hijos, dos de ellos vivieron muy poco.
En 1601 es la gran prueba de Juana: Su marido muere durante una cacería tras ser herido accidentalmente por uno de sus amigos, entonces el ya había tomado la decisión de no volver a la corte de París, sino de quedarse con su familia en Bourbilly. Juana es presa de una gran tristeza. Sus cuatro hijos, Celso Benigno (5 años) María Amada (3 años), Francisca (2 años) y Carlota, nacida quince días antes de la muerte de su padre, la librarán de la desesperanza. Ella continúa ocupándose de los pobres de la vecindad, los acoge en la puerta del castillo, los sirve con sus propias manos, visita a los enfermos, busca la justicia y cuida de sus bienes. Pero ella siente un grande atractivo de servir a Dios sin reserva.          
En 1603 se abnegó cerca de su suegro en Monthelón. Allí un ama de llaves gobernaba en la casa. Juana aceptó esta cruz y se ocupó de sus cinco niños como si fueran sus propios hijos. 
En 1604,  el señor de Fremiot, su padre invita a su hija a la prédica de Cuaresma en Dijon. Monseñor de Ginebra tendrá a su cargo los ejercicios espirituales. Juana reconoce entonces en el al director espiritual que Dios le había hecho entrever en una visión algunos años antes. Ella le pide que tomara el cuidado de su alma, esto lo hará el Obispo después de mucha reflexión
En 1607 durante el curso de una permanencia de Juana en Saboya, Francisco le revela su proyecto de fundar con ella la Orden de la Visitación. La aceptación de Juana es inmediata, después de la muerte de su marido ella no aspiraba más que a darse enteramente a Dios, conforme a la promesa que los dos esposos habían hecho algunas semanas antes del deceso fatal.
El 29 de marzo de 1610 la baronesa de Chantal toma el camino de Annecy a fin de fundar el nuevo Instituto. Venía de casar a su  hija mayor María Amada,  con Bernardo de Sales en 1609, acababa de perder a su última hija Carlota, traía consigo a Francisca, dejando a Celso Benigno a cargo del señor Fremiot. La Visitación será fundada el día de la Santísima Trinidad de 1610 fiesta de San Claudio, el 6 de junio. Ella tiene por compañeras a María Jaqueline Favre y Juana Carlota de Brechard.
Desde entonces su vida será para la Visitación, lo que no le impedirá sin embargo, seguir el consejo de San Francisco de Sales, su Bienaventurado Padre de tratar los negocios de su casa, Bourbilly, Monthelón, de ocuparse del casamiento de sus hijos confiándolos ardientemente al Señor cuando los peligros los amenazan. Ella fue para ellos la  madre atenta.
Las fundaciones se multiplican. Juana vela por la unidad de la Orden, emprendiendo viaje cada vez que esto sea necesario. A la muerte de San Francisco de Sales tiene cuidado de recoger cartas y sermones preparando un expediente para una futura canonización; pero destruye todo lo que le concierne personalmente. Con las primeras madres puso al día los textos fundamentales del Instituto, Constituciones y Costumbrero. Visitas y negocios absorben su tiempo.
Las Hermanas serán en adelante de clausura, mas  la peste sobreviene, Juana organiza la distribución de pan y medicinas. Ella está atenta a todo y a todos.
Muere el 13 de diciembre de 1641 en Moulins donde la Señora duquesa de Montmorency deseaba recibir el velo de la Visitación de sus manos. Hasta el fin ella dará ejemplo de caridad y de fidelidad a la Regla rogando por la unidad de la Orden.

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