viernes, 19 de noviembre de 2010

Misa en nuestro Monasterio

Con Motivo de que este domingo 28 de Noviembre celebramos la Solemnidad de Cristo Rey y que gozosamente coincide con la celebración del Divino Niño Jesús de Praga y la renovación de nuestros votos, las hermanas de la Visitación de Santa María los invitan a participar de la Misa precidida por Mons. Garaycoa que se realizará a las 10 de la mañana en la Capilla de nuestro Monasterio.
Los esperamos

jueves, 18 de noviembre de 2010

Reflexión de San Francisco de Sales por la Festividad de Cristo Rey

Queremos compartir con ustedes este extracto de uno de los sermones que diera nuestro santo Fundador con motivo de la Festividad de Cristo Rey


Dijo entonces Pilato: ¿Luego, tú eres rey? Respondió Jesús: tú lo has dicho, soy Rey.” Jn 18, 37

Pilato hizo escribir sobre la cruz: “Jesús Nazareno, rey de los judíos”Jesús, quiere decir Salvador; de modo que murió por ser Salvador y para salvarnos tenía que morir. Rey de los judíos, quiere decir que es Rey y Salvador a un tiempo. Judío, quiere decir “el que confiesa”; por tanto es Rey, pero solamente de los judíos, o sea, solamente de los que le confiesan. Y para rescatar a esos que le confiesan, ha muerto. Sí, verdaderamente ha muerto. Y con muerte de cruz. Así que ahí están las causas de la muerte de Jesucristo. La primera, porque es Salvador, Santo y Rey; la segunda, porque quería rescatar a los que le confesasen, que eso significa la palabra judío, que Pilato escribió en el título sobre la cruz; cosa que hizo por inspiración divina. Su vocación ha sido esa, la de ser Salvador; por eso ha puesto tanto empeño en probársela a los hombres y no solamente por medio de los Patriarcas y Profetas, sino que lo hizo Él mismo; y cosa rara, hasta a veces se ha servido para ello de la boca de los impíos y de los mayores bandidos... Y ¡cómo lucha nuestro Dios para demostrar la verdadera vocación de su Hijo! Pilato declaró muchas veces que nuestro Señor era inocente y que no encontraba ningún motivo para darle muerte; aseguró públicamente que aunque le condenaba, él sabía bien que no era culpable y que tenía que haber alguna otra causa que Pilato desconocía.

El amor solamente se paga con amor, así que al devolver a nuestro Señor amor por amor y alabanzas y bendiciones, que todo eso le debemos por su pasión y muerte, le tenemos que confesar como nuestro Libertador, nuestro Salvador y nuestro Rey.

(Sermón. X, 360)